jueves, 13 de mayo de 2010

CAPÍTULO XXXVIII

Don Quijote de la Mancha da un discurso mientras los demás comentan sobre las armas y las letras, en el cual dice que los soldados o caballeros andantes como él, aún corriendo más peligros, pasando hambre, sed y frío, arriesgando sus vidas…, son menos premiados que los estudiantes, aunque es más fácil premiar a dos mil letrados que a treinta mil soldados. Cuenta como ser eminente en letras cuesta mucho tiempo y males, pero que en cambio los soldados a cada paso se están arriesgando a perder su vida.

Habla del enfrentamiento entre armas y letras, pero también dice que no podrían vivir la una sin la otra. Dicen las letras que sin ellas no se podrían sustentar las armas, porque la guerra también tiene sus leyes y está sujeta a ellas. A esto responden las armas que las leyes no se podrán sustentar sin ellas, porque con las armas se defienden las repúblicas, se conservan los reinos, se guardan las ciudades, se aseguran los caminos...

Para finalizar dice que en el alma le pesa el haber elegido el oficio de caballero andante en la época en la cual vivía, ya que las nuevas armas que había no podía vencerlas con su valor y su espada, estaba corriendo más peligros que los caballeros de siglos pasados. Pero aún así esto no le impediría ser recordado.

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